Este sitio web utiliza cookies para proporcionarle la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en el navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelva a la página web y ayuda al equipo a comprender qué secciones del sitio web le parecen más interesantes y útiles.
04/03
FRANCESC CATALÀ-ROCA. ARQUITECTURA SIN PEDIGRÍ
Más información
Organitza
Centre Obert d’Arquitectura
Lloc
Sala d'exposicions
Plaça Nova, 5
Barcelona
Horari
de lunes a sábado de 10 ha 20 h
domingos y festivos de 10 ha 15 h
Preu
Gratuito
Publicación
A la venta en La Capell. Precio: 14€
Exposición de la serie COLECCIÓN para conmemorar el centenario del nacimiento del fotógrafo Francesc Català-Roca, el fondo del cual está depositado al Archivo Histórico del COAC.
Català-Roca viajó durante media vida. En los numerosos viajes que realizó en todo el país para poder ilustrar guías regionales, principalmente durante las décadas de 1950-1970, captó con su cámara recortes de una España atrasada, preindustrial, pero que contendía aquel espíritu alejado de la mecanización que se estaba reivindicando desde la arquitectura. Y mientras cumplía con sus encargos de fotografiar vastas regiones del territorio español, mientras se centraba principalmente en las tareas del campo y de las ciudades, en los monumentos, en los paisajes y en el *paisanatge, casi sin querer, mirando de reojo, a veces encontraba aquellas arquitecturas: paisajes modelados por el ser humano y construcciones para un mismo, para sus cultivos, sus tareas y sus animales que contenían el genio de aquella «arquitectura sin arquitectos».
Sin embargo, también por aquella época, Català-Roca fue testigo de los bruscos cambios que se estaban produciendo en una España que, con dificultades, salía de la Guerra Civil, donde una buena parte del país apenas había sido tocada por la industrialización. Y en sus viajes retrató los últimos latigazos de la vida campesina a Europa, justo antes de su desaparición.
La desaparición de la tradición milenaria del campesinado —que en España casi podría datarse del 1985 con la entrada de España en la Comunidad Europea— dio a los negocios de la agricultura y de la ganadería, inmersos en la dinámica del desarrollo tardocapitalista, que han dejado un paisaje y unas arquitecturas muy diferentes.
Y, además de todo este mundo rural que visitó, Català-Roca también cogió como la vida del trabajo se iba transformado despacio en vista de ocio en algunos lugares del país. Mientras cumplía con sus encargos fotográficos para la industria, la arquitectura o el diseño más modernos de Cataluña, mientras documentaba la obra de artistas como Joan Miró i Eduardo Chillida, también registraba como aquella vida de ocio y de turismo iba dejando sus propias huellas en el paisaje: chiringuitos y campings, zonas de ocio y de ocio, aquellas nuevas arquitecturas sin arquitectas que anunciaban una España que avanzaba tímidamente hacia la modernidad. Casi sin pretenderlo, Català-Roca estaba poniendo su mirada en algunos de los temas de más interés de la arquitectura de posguerra previa al advenimiento del postmodernismo. Temas que, sin duda, han cambiado la percepción de la tradición de la arquitectura para incorporar cualquier otro material que no provenga de las «historias oficiales», pero que contenga todo el legado de sabiduría popular, acumulado en siglos o solo en unas pocas décadas; construcciones, como decía Frank Lloyd Wright, con unos «resultados a menudo bellos y siempre instructivos».
Casi sin quererlo, con su cámara Català-Roca fue capaz de coger aquella belleza.
Moisés Puente, comisario de la exposición
Disseny expositiu
Pol Esteve, Miquel Mariné (GOIG)